Prefacio

Estás en el espacio technicolor donde el tiempo transcurre de una manera poco convencional...
Antes de entrar al justo medio entre la razón y el sentimiento...no intentes comprenderlo...sólo sentirlo...aún a pesar de kantian@s, existencialistas y radicales..Encontrarás diferentes personajes que deambulan por estos espacios..

Ni todos son reales ni todos son ficticios..son simplemente acompañantes del camino..

domingo, 23 de noviembre de 2008

Just like a dream...

El día menos pensado se apareció Tristán en el camino de Amelia...Fue todo menos un encuentro tradicional. Ella no sabía qué esperar después de que él se había mostrado esquivo estos últimos meses y quería dejar en claro que ya no quería encuentros fugaces, pero tampoco lo quería de manera rutinaria en su vida.

Después de pensarlo un poco, después de haber hecho la cita, y sólo después de haberse dado cuenta que esta vez sí lo vería, Amelia se tomó sólo unos minutos para pensar: "La verdad es que ya no sé qué quiero de él..." Aún así decidió no cancelar la cita y dejar que el rumbo de los acontecimientos le contara una historia, con un final que no aparecía en ninguno de los guiones consultados y se moría de ganas por saber la trama semi completa..Cuando por fin llego el día, él llegó corriendo a su cita, en un foro al aire libre, justo antes de empezar la función. Se veía con un brillo que Amelia antes no había detectado. Estaba vestido con un pantalón de pana, una gabardina a juego y un cuello de tortuga, todo en tonos café..Ella llevaba unos tacones morados, de 10 cm, una falda negra casi transparente, una blusita pegadita a juego con un bra negro con corazoncitos en los tirantes y una gabardina tipo "trench" negra...

Pasaron uno junto al otro casi sin mirarse, pero fue cuestión de breves segundos para que se reconocieran en medio de la multitud."-Amelia, ha pasado tanto tiempo. Quiero besarte apasionadamente aquí, frente a toda esta gente. No me importa nada".
Pero Amelia lo abrazó tímidamente y le dijo: "Cómo estás? No ha sido tanto. Te ves muy bien. Me gusta la pana".
Se dirigieron hacia el auto de él, uno de esos viejos que invita a iniciar un viaje en carretera, dejando todo atrás



La mañana siguiente a Tristán, Amelia seguía sin saber qué es lo que quería de él. Precisamente se dió cuenta que, en su mente, no existía "el hombre de sus sueños" (y bueno tampoco el trabajo de sus sueños, el reto de sus sueños..últimamente nada era como "en sus sueños"...) y era a aquel al que, por fin, le había escuchado decir un mágico "Je t´aime". Uno sin promesas de eternidad o compromisos volátiles durante una noche que se antojaba interminable. Sólo existía el reto de tener un amor sartriano indefinidamente.

Se dió cuenta que ya no le tenía pánico al sentimiento de "amar" a alguien...sonrió casi imperceptiblemente...Sólo bastaron un par de años huyéndole a eso...Y de pronto, así, sin más, Tristán la dice de manera contundente.




Y nada...Amelia decidió caminar por ahí, tratando de despejar un poco la mente para pensar con claridad y sólo encontró cosas hermosas en su camino: mariposas amarillas, blancas y naranjas que insistían en acompañarla. Un amanecer despejado, con una ciudad limpia y fría. Una sonrisa que no podía quitársela con nada.
No tenía ganas de huir, pero tampoco de quedarse. Lo único que sabía en ese punto es que no podía dejar de cantar:
"You
Soft and only
You
Lost and lonely
You
Just like heaven..."

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