O quizás cuando me descubrí vomitando su amor, llorando mientras aceptaba su partida. La verdad no me acuerdo de la última vez que sentí una náusea digna de replantearme el hábito de no vomitar en público, pero estoy segura que fue mucho mas intensa al verle ahí, saldando sus cuentas con la inmensidad. Yo no quería verlo, es más, estaba en contra de hacerlo. Escuché sus mensajes en el buzón de mi celular, leí sus mensajes de texto y alguno que otro e-mail, pero algo me decía que no debía verlo...por lo menos no tan pronto. Llegué tarde a la cita, casi sin querer hacerlo. Pensé que la lluvia, una llamada inesperada, un súbito antojo de cafeína..cualquier cosa podría haberlo alejado de mi camino, tal y como se lo pedí en nuestro último encuentro. Pero ah no...claro que no. Tenía que regresar de su eterno viaje por el mundo para buscarme y cumplir sus eternas promesas. Ya no había nada que cumplir o para qué buscarnos. Todo estaba dicho y sí..a veces me daba unos minutos para pensar en él, para extrañarlo..para sentirlo en mi entrepierna, húmeda y buscándole incesantemente..sólo por esa fracción de segundo. Después de todo, él quiso irse..y yo, bueno no tuve más opciones, así que decidí olvidarlo.
Pero ahora él estaba ahí, con los ojos abiertos...las vísceras de fuera, las manos intermitentes..
como si quisiera tocarme..
un golpe en la cabeza, sangre por todas partes..
como si pudiera pensarme..
mirones...
como si tuvieran el derecho a pedirme alguna explicación...
y de pronto, el mundo dejó de girar...
La gente se paralizó por un instante,
no había ruido...
Los olores cesaron....
Ahí estaba él,
buscándome con los últimos latidos de su ser..
Ahí estaba yo, a unos metros de distancia...
evitando recibirlos....
como si pudiera pensarme..
mirones...
como si tuvieran el derecho a pedirme alguna explicación...
y de pronto, el mundo dejó de girar...
La gente se paralizó por un instante,
no había ruido...
Los olores cesaron....
Ahí estaba él,
buscándome con los últimos latidos de su ser..
Ahí estaba yo, a unos metros de distancia...
evitando recibirlos....
Ahí estaba él... muerto.. muerto al fin...
¿Y yo?
Respiré...
casi sin pensarlo, sólo por instinto superé la náusea...
me dí la vuelta..
extendí los brazos...
libre..
al fin...
¿Y yo?
Respiré...
casi sin pensarlo, sólo por instinto superé la náusea...
me dí la vuelta..
extendí los brazos...
libre..
al fin...
1 comentario:
Wow, este sí que le quedó bastante bien. Quiera Dios que sea de los casi-ficticios. Yo no resistíría algo así.
Bene vale
D.
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