Estaba sentado en el parque de siempre,
haciendo lo que cada jueves..
Ese día no existía nada más que pensar en ella,
casi compulsivamente.
Sin planearlo, la melancolía fue metiéndosele lentamente en la sangre.
Su proceso comenzó por la planta de los pies..
El primer síntoma fue un molesto hormigueo que decidió ignorar.
Todo lo veía en sepia, como una foto vieja y mal tomada..
A veces se sentía fuera de foco y con las manos temblorosas,
sin la capacidad de hacer algo más que caminar al mismo lugar,
siguiendo sus propios pasos,
y con los pensamientos de siempre.
Él se dió cuenta que su vida rutinaria no cambiaría...aunque tampoco lo deseaba.
"No me gustan los cambios", se decía continuamente.
La nostalgia no siempre es buena consejera..
1 comentario:
Lo diré con la fantástica y poco conocia Guadalupe Dueñas:
"(...) los de sangre resca, sordos y heridos de blasfemia, distiéndense en la penumbra con su larga imploración inútil en espera de su definitiva muerte.
La dimensión de la sombra babarca la inmensidad.
Y todo es destruido. Sólo la Voz del Señor flota sobre la nada."
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